Marcel Lévesque, un perspicaz e inteligente vendedor de coches a punto de jubilarse, vive únicamente para tres cosas: su trabajo, su hija y su nieto. Ha sido «vendedor del mes» durante años en el concesionario donde ha trabajado toda su carrera en una decadente ciudad industrial.
Durante un interminable invierno, mientras la fábrica de pulpa y papel despide a más trabajadores, Marcel únicamente tiene una cosa en mente: conseguir vender sus adorados coches americanos de su nevado concesionario. Un día, vende un nuevo y flamante pick-up a Françoise Paradis, uno de los despedidos de la fábrica, lo que conlleva graves consecuencias
que Marcel nunca pudo imaginar.
Una película sobre alienación, humanidad, religión y el arte de
vender coches.